Santiago González regresa con gloria y homenaje al Mexico City Open

Ciudad de México.— Hay regresos que duelen, y hay otros que brillan. El de Santiago González al Centro Deportivo Chapultepec fue de esos que se celebran con aplausos, homenajes y una victoria sólida. Trece años después de su último partido en esta emblemática cancha capitalina, el veterano del tenis mexicano no solo volvió, sino que se impuso junto al estadounidense Austin Krajicek en la primera ronda del torneo de dobles del Mexico City Open ATP Challenger 125. ¿Los vencidos? Rodrigo Pacheco y el argentino Juan Pablo Ficovich, que poco pudieron hacer ante la experiencia y contundencia del veracruzano.

No es poca cosa lo que ha hecho “Santy” González. A sus 42 años, con más de dos décadas viajando de cancha en cancha —de arcillas imposibles a superficies duras como la crítica de un suegro—, el tenista cordobés recibió un homenaje por su trayectoria en el Estadio Rafael “Pelón” Osuna, lo cual no es cualquier ovación de protocolo. Se trata de un reconocimiento en vida y en activo, algo que en el deporte, y en la política mexicana, es casi un milagro.

“Estoy muy contento, pisar la cancha después de 13 años trae buenos recuerdos”, declaró González al finalizar el encuentro, con la naturalidad de quien ha vencido el paso del tiempo con raqueta en mano. Su victoria fue tan simbólica como técnica: 6-4 y 6-2, con un juego compacto y sin drama. Como quien cobra una vieja deuda con la historia.

Y sí, por si se lo preguntaban, es la primera vez que hace pareja con Krajicek. Así, sin ensayo general, se metieron a los cuartos de final donde se enfrentarán a los brasileños Felipe Meligeni y Marcelo Zormann. Una dupla que no será sencilla, pero que al menos no tiene el karma del debut en casa ni la presión del homenaje recién entregado.

Lo mejor del regreso de González no fue solo la victoria, sino su visión generosa del futuro. Al hablar de Rodrigo Pacheco, su joven rival y promesa del tenis nacional, no escatimó en elogios: “Es un gran jugador. En uno o dos años lo veremos dentro de los 100 mejores”. Un veterano que no le teme al relevo generacional: raro, necesario, admirable.

Mientras tanto, el torneo sigue dando sorpresas. El peruano Juan Pablo Varillas derrotó al primer sembrado, James Duckworth, demostrando que en el Mexico City Open no hay jerarquías blindadas ni favoritos eternos. Como en la vida: un día estás arriba, al otro te despiden en primera ronda.

En resumen, Santiago González nos regaló una lección de resistencia y clase. No solo ganó un partido, sino que reafirmó su lugar en la historia del tenis mexicano. Y si la semana sigue como empezó, tal vez, solo tal vez, lo veamos levantar el trofeo en su propia casa. Porque si alguien ha aprendido a ganar punto por punto, set por set, es él. Aunque aquí entre nos… también ayudaría que los dioses del tenis estén de su lado y no se pongan creativos con las sorpresas.