Una ministra con puntadas finas y visión estructural

Pocos escenarios más inesperados —y simbólicamente poderosos— que ver a una candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia hablando de leyes y reformas entre textiles, patrones y bastidores. Eso fue lo que ocurrió en la Comarca Lagunera, donde la Dra. Marisela Morales Ibáñez le puso hilo y aguja a los desafíos del sistema judicial ante representantes de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CANAIVE), delegación Laguna.

Justicia y productividad: el nuevo dúo dinámico

En tiempos donde la justicia parece más lenta que la fila del SAT en lunes, Morales Ibáñez vino a recordar que un Poder Judicial moderno, transparente y eficiente no es un lujo, sino una condición necesaria para que la economía florezca. “Un país donde se respeta la ley es un país donde se invierte con confianza”, sentenció ante empresarios que, entre tela y tela, saben muy bien lo que cuesta la incertidumbre legal.

Propuestas con estructura, no remiendos

Lejos del discurso trillado, la exprocuradora presentó un catálogo de propuestas con corte fino: justicia digital, profesionalización judicial, mayor acceso a la defensoría pública y enfoque de género. Nada de parches; aquí se habló de rediseñar el sistema con medidas concretas que atiendan tanto a la ciudadanía como a quienes generan empleo.

Una SCJN que escuche y entienda al país real

El aplauso fue fuerte y sincero. Empresarias y empresarios no solo agradecieron la claridad de las ideas, también valoraron la apertura. Y es que, aunque suene a milagro, no todos los días un perfil de ese calibre baja de la torre de marfil para preguntar: “¿Ustedes cómo ven la justicia?”

La CANAIVE Laguna también se pone la toga

Gerardo Mafud Kaim, vicepresidente del organismo anfitrión, dio la bienvenida y elogió la disposición de Morales Ibáñez de entablar diálogo con el sector productivo. “Hoy, más que nunca, necesitamos puentes entre la ley y la economía”, dijo. Porque sí: aunque suene a chiste, una buena reforma judicial puede ser tan importante como una buena temporada de ventas.

Cuando hablar de justicia no aburre… emociona

En un país acostumbrado a que el sistema legal funcione más como obstáculo que como aliado, escuchar propuestas frescas y con visión estructural despierta algo parecido a la esperanza. Y si eso ocurre en una sala llena de industriales del vestido, es porque el mensaje está hilado con inteligencia.

El cierre: diálogo, preguntas y confianza

El encuentro terminó como debe terminar todo buen diálogo entre Poder Judicial e iniciativa privada: con preguntas, críticas constructivas y reconocimiento mutuo. Si la justicia quiere volver a ser relevante, tendrá que acercarse al país que madruga, produce y paga impuestos. Y este fue un buen primer paso.

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