Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo defendió esta mañana la propuesta de elección popular del poder judicial, calificándola como una medida indispensable para acabar con las estructuras de corrupción, nepotismo y privilegios heredadas del “régimen neoliberal”. En su mensaje desde Palacio Nacional, insistió en que esta reforma responde a la exigencia ciudadana de tener un sistema judicial imparcial, legítimo y desligado de intereses personales o políticos.
“México cambió”, declaró Sheinbaum. “Ellos quisieran regresar al modelo neoliberal, pero eso ya no va a regresar, porque el pueblo no quiere que regrese”, subrayó al referirse a sectores opositores y beneficiarios del antiguo sistema, incluyendo a “comentócratas, medios de comunicación y personajes del PRIAN”.
La mandataria criticó de forma directa el funcionamiento actual del Poder Judicial, señalando el nepotismo como un fenómeno estructural que ha debilitado su legitimidad.
“Aunque hablaban de que había carrera judicial, en realidad era el primo del amigo del hermano. Esto fue reconocido hasta por la propia presidenta de la Corte”, apuntó.
Sheinbaum argumentó que múltiples casos de corrupción, evasión fiscal y delincuencia organizada han quedado impunes debido a la inacción o complacencia de jueces, lo cual ha generado un profundo descontento social.
“Presentamos aquí casos de delitos de cuello blanco, de robo de recursos públicos, de no pagar impuestos… y no pasa nada, porque los jueces no proceden”, dijo.
Reforma estructural vs. modelo Zedillo
En su intervención, Sheinbaum hizo una comparación directa con la reforma judicial de 1994, impulsada por el entonces presidente Ernesto Zedillo, quien sustituyó por completo a la Suprema Corte.
Si bien reconoció que aquella reforma fue un punto de inflexión, también criticó que los nuevos ministros respondían en los hechos al Ejecutivo federal, ya que el presidente era quien los proponía.
“¿A quién le respondía la nueva Corte? Al presidente. Entonces, ¿cómo sanear el poder judicial? Donde menos nos equivocamos es que decida el pueblo”, enfatizó.
La presidenta desestimó las críticas que tachan de autoritaria la propuesta de elección judicial por voto popular. Para Sheinbaum, abrir la selección de jueces y ministros a la ciudadanía representa una vía de democratización real y no un retroceso institucional.
“¿Cómo es que dejar que el pueblo de México elija a un juez o a un ministro es autoritario? Ahora sí que no entienden”, sentenció.
Con este discurso, Sheinbaum refuerza su narrativa de transformación institucional, en línea con los principios de la Cuarta Transformación, y apunta a consolidar un nuevo paradigma en la relación entre el poder público y la ciudadanía, donde los órganos de justicia sean realmente representativos y confiables.