Con una votación dividida y bajo fuerte presión política, el Senado de Estados Unidos aprobó el proyecto de ley presupuestaria impulsado por el expresidente Donald Trump, conocido como la ley «grande y bella», la cual traerá severos recortes al programa público de salud Medicaid. Esta medida podría dejar sin cobertura médica a más de 12 millones de personas en situación vulnerable.
¿Qué implica esta ley?
Aprobada tras dos días de intensas negociaciones, la votación terminó con un empate 50-50, siendo el vicepresidente JD Vance quien rompió la igualdad con su voto decisivo. Aunque los republicanos ostentan mayoría en el Senado, las divisiones internas sobre los efectos del proyecto reflejan la controversia que genera incluso dentro del partido.
Uno de los puntos más alarmantes de la legislación es la reducción de 863 mil millones de dólares en pagos federales de Medicaid a los estados durante los próximos diez años, de acuerdo con Joan Alker, directora del Centro para Niños y Familias de la Universidad de Georgetown.
¿A quién afecta?
El golpe será más fuerte para:
- Niños y familias de bajos ingresos
- Mujeres en edad reproductiva, especialmente en zonas rurales
- Personas con discapacidades
- Adultos mayores en situación precaria
- Veteranos
- Inmigrantes legales, incluidos refugiados y solicitantes de asilo
Además, más de 4.8 millones de adultos sin hijos que no cumplan con nuevos requisitos laborales perderán automáticamente su cobertura. Otros 2.2 millones quedarían fuera por nuevas reglas de verificación semestral que complican aún más el proceso.
Incluso quienes logren conservar el seguro enfrentarán copagos de hasta 35 dólares por visita médica, lo que podría reavivar la deuda médica que el Medicaid había ayudado a mitigar.
¿Qué pasa con los hospitales y clínicas?
El impacto no se limita a los pacientes. Hospitales rurales, clínicas comunitarias, centros pediátricos y Planned Parenthood verán una reducción significativa de ingresos, limitando sus capacidades de atención. Además, los estados ya no podrán implementar nuevos impuestos a proveedores médicos, restringiendo su capacidad de financiar Medicaid de forma autónoma.
Un futuro incierto
El proyecto aprobado también eleva la deuda nacional en más de 3 billones de dólares para 2034, según la Oficina de Presupuesto del Congreso. A pesar de este dato, los recortes se presentan como una «solución fiscal» que, en la práctica, traslada la carga financiera del gobierno federal hacia las comunidades y hospitales.
Expertos advierten que esta reforma profundiza la desigualdad en el sistema de salud de Estados Unidos y que millones de personas quedarán desprotegidas ante enfermedades o emergencias médicas.